Más de 80 años de servicio: Un corto relato

No cabe duda que Dios siempre ha bendecido a Mission School por las últimas ocho décadas. Las semillas que se plantaron aquí en la frontera para educar y evangelizar las vidas de tantos niños, fueron plantadas por el Doctor T.E. Bartholomew and el Doctor Henry Forcher. Y, ¿Cómo ocurrió esto? Pues la historia va así:

Desde 1928, el doctor Bartholomew empezó a ayudar a un par de personas, Mr. Warren y Mr. Fergusen, quienes enseñaban a los niños de la región en una casa. El doctor Bartholomew vio no solo la necesidad y oportunidad de establecer una escuela Adventista en la frontera con México. Así que compartió esta idea con los dirigentes de la Conferencia del Sureste de California.

La Conferencia concordo con él ya que la iglesia local de Calexico estaba creciendo rápidamente y tenía más de 20 niños quienes estaban interesados en asistir a la escuela.

El verano de 1937, la Conferencia asigno a la maestra Mary Moreno Aguayo para establecer la nueva escuela en Calexico. Ms. Moreno era maestra y directora para el grupo de casi 30 alumnos de varios grados. Su gran esfuerzo aunado al de los doctores Bartholomew y Forcher hizo que la escuela tomara forma y se convirtiera en un lugar de aprendizaje. Esta primer escuelita estaba ubicada en la calle Mary a unas cuadras de donde se encuentra el plantel actualmente.

Dios bendijo ese sencillo esfuerzo inicial y la escuela siguió creciendo. Para el otoño de 1940 ya había un par de maestros y las instalaciones habían sido expandidas. John Ewing asumió el cargo de director y bajo su liderazgo junto con el apoyo de Mary Moreno y Gabriel Arregui, pudo trazar el curso que llevaría a convertirse en la institución que es hoy en día. Mr. Erwing ensenaba a los alumnos más grandes mientras que Mary Moreno enseñaba a los alumnos de primaria y Gabriel Arregui servía como pastor de la iglesia y capellán de la pequeña escuela. Cuando Ms. Moreno se marchó para casarse con Phillip Aguayo, Maribel Emley tomo su lugar como maestra.

Antes de que llegaran los otros maestros, Ms. Moreno también ensenaba inglés para suplementar su mínimo salario que recibía como maestra. A pesar de que había una gran necesidad en la comunidad para aprender inglés, ella estaba demasiado ocupada con sus responsabilidades para desarrollar este servicio. Sin embargo, al crecer la escuela y contar con el apoyo de otros colegas, la idea de ensenar inglés como segunda lengua se convirtió en algo más práctico y alcanzable. Al ver el potencial de esta oportunidad, John Ewing decidió llevar acabo la idea. Los maestros establecieron una escuela de inglés para adultos por las tardes que permaneció por casi una década. Así que los maestros estaban enseñando a leer y escribir en inglés no solamente a sus alumnos sino también a los padres de familia. Esta idea fue un éxito rotundo ya que esto también dio como resultado que muchas nuevas personas dieran sus vidas a Cristo. Esto genero bastante interés en el ministerio de educación que se había establecido en Calexico.

A finales de la década de 1940, el departamento de Voluntarios Misioneros de la Conferencia decidió apoyar los esfuerzos del equipo de educación en Calexico. Fue allí cuando le nombre de Calexico Mission School, que cariñosamente tenia Ms. Moreno para la escuela se adoptó como el nombre oficial de la institución y esta se convirtió oficialmente en una escuela de la Conferencia del Sureste de California. A pesar de que la colegiatura es de las más bajas en toda la Conferencia, esta representa casi el 80% del presupuesto de operaciones de la escuela. La Conferencia continua apoyando con un modesto subsidio mensual pero el resto del presupuesto así como el dinero que se utiliza para mantener el plantel físico es posible por las contribuciones que realizan personas que continúan apoyando la misión de la escuela.

Actualmente, Calexico Mission School sirve alrededor de 200 alumnos. La gran mayoría de estos alumnos no son adventistas y residen en Mexicali, del otro lado de la frontera. Cada año varios nuestros alumnos son tocados por el Espíritu Santo, inclusive algunos toman la decisión de entregar su vida al Señor. Algunos alumnos, aun después de que han pasado varios años, deciden asistir a la iglesia por la semilla que fue plantada cuando fueron alumnos de CMS en su niñez. No cabe duda que Dios ha hecho una gran labor en esta escuela y todos aquellos que son parte del equipo de trabajo tienen el privilegio de ser parte de este gran legado de ya más de 80 años.

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